Resumen
En 2010, Monroe, Maine, adoptó una ordenanza en la que se declaraba que las corporaciones no serían consideradas «personas físicas» dentro de la jurisdicción de la ciudad. La ordenanza reconoce el derecho del pueblo al autogobierno y el derecho de separación. La ordenanza hace hincapié en la responsabilidad de proteger los «activos naturales» de la ciudad, que define como comunidades naturales y ecosistemas. La ordenanza sigue en vigor.