Resumen
En 1995, se presentó una demanda ante un tribunal de distrito de Florida en nombre de la tortuga boba y la tortuga verde. Los demandantes alegaban que el condado de Volusia había violado la Ley de Especies en Peligro porque permitía el acceso de vehículos a sus playas, lo que provocaba la «captura» de tortugas. Los vehículos dejaron surcos en los neumáticos, que suponen una barrera para las crías de tortuga marina que intentan llegar al océano. El tribunal dio la razón al condado de Volusia porque las roderas de arena hechas por los vehículos fueron suavizadas por la marea, pero hizo que el condado preparara una estrategia para evitar que los coches entraran en la «zona de conservación» por la noche.