Resumen
En 1972, el juez Douglas del Tribunal Supremo escribió en su disenso en la decisión del tribunal sobre el caso Sierra Club v. Morton que el Valle del Rey Mineral, y toda la naturaleza, debería tener capacidad legal para demandar en nombre de su propia preservación, de forma similar a la capacidad legal extendida a las corporaciones, barcos y otras «personalidades legales» bajo la ley estadounidense (6).
Antecedentes del caso:
En 1969, el Servicio Forestal de EE.UU. aprobó un plan de Walt Disney Enterprises para desarrollar un complejo de moteles, restaurantes, piscinas, aparcamientos y otras estructuras en el valle de Mineral King, que forma parte del Bosque Nacional de Sequoia desde 1926 y está designado como refugio nacional de caza por una ley especial del Congreso. En 1969, el Sierra Club interpuso una demanda para detener el desarrollo, alegando que el proyecto contravenía las leyes y reglamentos federales que rigen la preservación de los parques nacionales, los bosques y los refugios de caza. El Tribunal de Distrito que conoce del caso concedió el requerimiento preliminar solicitado por el Sierra Club. Los demandados recurrieron, y el Tribunal de Apelación del Noveno Circuito revocó la sentencia del Tribunal de Distrito diciendo que el Sierra Club no tenía capacidad para demandar. La cuestión de la legitimación fue recurrida ante el Tribunal Supremo, que confirmó la sentencia del tribunal de apelación. Sin embargo, el juez Douglas escribió una disidencia en la que argumentaba que el Valle del Rey Mineral, y todos los demás objetos ambientales, deberían tener capacidad para demandar su propia preservación, citando los argumentos de Christopher Stone en su artículo de derecho Should Trees Have Standing? Toward Legal Rights for Natural Objects (1972).