Resumen
En 2012, Las Vegas (Nuevo México) presentó una ordenanza basada en los derechos de la comunidad que prohibía el fracking dentro de la ciudad y reconocía los derechos de la naturaleza. La ordenanza declara que «todos los residentes, las comunidades naturales y los ecosistemas de Las Vegas, Nuevo México, poseen el derecho a un futuro energético sostenible, que incluye, pero no se limita a, el desarrollo, la producción y el uso de energía procedente de fuentes de combustible renovables, y el derecho a tener un sistema energético basado en fuentes de combustible distintas de las fósiles. Este derecho incluirá también el derecho a prácticas energéticas que no causen daño, y que no amenacen con causarlo, a las personas, las comunidades o el entorno natural». La ordenanza reivindica el derecho al agua, el agua para la agricultura, un futuro energético sostenible y el autogobierno. Al final, se adoptó una ordenanza similar que omitía los derechos de la naturaleza.