Resumen
En 2009, el municipio de Blaine, en Pensilvania, adoptó una carta en la que se reconocía que «las comunidades naturales y los ecosistemas, incluidos, entre otros, los humedales, los arroyos, los ríos, los acuíferos, las nubes y otros sistemas hídricos, poseen derechos inalienables y fundamentales a existir, florecer y evolucionar de forma natural dentro del municipio de Blaine» (7) y considera a las comunidades naturales y a los ecosistemas como «personas» a efectos de proteger esos derechos (101). La carta también reconoce el derecho al agua, a establecer políticas de sostenibilidad, a los medios de vida y al hogar, y al patrimonio cultural. Dijo que el municipio de Blaine no reconocería ninguna reclamación privada sobre la propiedad de las comunidades naturales.