Resumen
En 2006, Barnstead adoptó una ordenanza en la que se declaraba el agua como esencial para la vida y se reconocían los consiguientes derechos de la naturaleza. La ordenanza subraya la importancia del agua para la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, tanto para las personas como para los ecosistemas, y por ello declara que la ciudad tiene el deber de salvaguardar el agua y los derechos de los ecosistemas en la ciudad. La ordenanza convirtió a Barnstead en el tercer municipio en decretar que las corporaciones no pueden ejercer poderes constitucionales dentro de su jurisdicción.