Resumen
En junio de 2024, el consejo municipal de Linhares, ciudad costera del estado de Espírito Santo, en el sureste de Brasil, aprobó un proyecto de ley que reconoce a las olas de la desembocadura del río Doce como entidades con derechos, otorgándoles una protección especial. La ley reconoce el derecho de la ola a seguir rompiendo perfectamente en la desembocadura del río Doce, y reconoce al océano como un ser vivo sujeto a derechos intrínsecos de existencia, regeneración y restauración. Estos derechos se extienden a todo el sistema interconectado del que forman parte las Olas de la desembocadura del río Doce, abarcando las masas de agua y los seres vivos, incluidos los humanos. La ley refuerza la protección integral necesaria para conservar todos los factores ecológicos responsables de la calidad de las olas y preservar el ciclo ecológico que hace únicas las olas de la región. Un comité formado por surfistas representantes de la comunidad, custodios tradicionales y un miembro de la cámara de medio ambiente del ayuntamiento representará a las olas en la concesión de sus derechos. En resumen, las olas tienen derecho a:
– Mantener sus condiciones físico-químicas para el equilibrio ecológico.
– Proteger las masas de agua del ecosistema para evitar la interferencia humana en los ciclos ecológicos vitales.
– Fomentar interacciones armoniosas con los humanos mediante prácticas culturales, espirituales, de ocio y ecológicas.
– Representación de las partes interesadas con una conexión especial con el ciclo ecológico de las olas en todos los procesos públicos de toma de decisiones relevantes, y apoyo de los grupos gubernamentales, comunitarios y de la sociedad civil en los procesos públicos de toma de decisiones.
– Integración de los conocimientos tradicionales y las prácticas de conservación en la toma de decisiones, equilibrándolos con los enfoques científicos.
– Garantizar la rendición de cuentas y la rectificación de los daños causados por el ser humano a sus derechos intrínsecos reconocidos.
La construcción de esta propuesta se remonta al primer foro de derechos de la naturaleza que tuvo lugar en Brasil, en 2018. La ley tomó forma en 2020 con la ayuda de la Asociación Regencia de Surf, Vanessa Hasson de MAPAS (ONG), Flavia Ramos, asesora jurídica parlamentaria de Tais Santos, y el profesor Antônio Cesar, y se presentó como proyecto de ley en 2023. El proyecto fue aprobado por el consejo municipal en 2024, pero debe ser aprobado por el alcalde de la ciudad antes de que pueda convertirse en ley.