Resumen
En la década de 2000, los residentes de Tamaqua (Pensilvania), un pequeño municipio situado en la región carbonífera de los Montes Apalaches, se organizaron para oponerse al vertido comercial de lodos de depuradora (que contienen muchas sustancias químicas tóxicas) en gigantescas fosas que han quedado tras la actividad minera. Cuando los estudios demostraron que la alta incidencia de cáncer y otras enfermedades graves estaban relacionadas con la exposición a las toxinas industriales, se formó un grupo local de ciudadanos llamado Ejército por un Medio Ambiente Limpio para luchar contra los vertidos y promover un entorno seguro. Con la ayuda de los abogados del CELDF y el apoyo del alcalde Chris Morrison, redactaron una iniciativa electoral que se aprobó en 2006, y que dio lugar a una ordenanza que prohíbe a las empresas deshacerse de los lodos de depuradora, que reconoce a las «comunidades naturales» y a los ecosistemas como personas jurídicas con derechos, y que autoriza a cualquier residente del distrito a reclamar una indemnización por los daños causados a las comunidades naturales y a los ecosistemas. La ordenanza se adoptó en 2006.