Resumen
En 2018, la ciudad de Santa Mónica (California) adoptó una ordenanza para gestionar los recursos de aguas subterráneas dentro de la ciudad, ampliando su Ordenanza de Derechos de Sostenibilidad de 2013 que reconoce los derechos de la naturaleza. La ciudad recibe la mayor parte del agua potable de las aguas subterráneas suministradas por los pozos de producción de agua potable. La ordenanza dice que «los pozos de la ciudad y sus acuíferos deben ser protegidos contra el sobregiro, la contaminación y la polución para que la ciudad pueda seguir proporcionando agua potable a sus ciudadanos y cumplir con las directrices de salud y bienestar promulgadas por las distintas agencias reguladoras estatales y federales». La ordenanza prohíbe los nuevos pozos privados y la ampliación de los mismos a menos que estén permitidos por un plan de sostenibilidad de las aguas subterráneas y sigue en vigor.