Resumen
En 2020, la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) de la ONU publicó el borrador cero (el que se utiliza para iniciar las negociaciones) del marco mundial sobre biodiversidad posterior a 2020, un tratado internacional negociado y ratificado por 196 naciones, que incluía un texto en el que se reconocían los derechos de la naturaleza. En un borrador posterior, el lenguaje que reconocía los derechos de la naturaleza fue sustituido por otro más vago sobre «emplear enfoques basados en los derechos». En 2022, la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP 15) se celebró en dos partes, una en Kunming (China) en octubre y la segunda en Montreal (Canadá) en diciembre. El acuerdo marco definitivo se publicó el 18 de diciembre de 2022. Adopta 23 objetivos de conservación, así como orientaciones para su aplicación. El marco destaca la protección de la Naturaleza basada en los derechos en varias secciones.
Por ejemplo, el marco «reconoce y considera … diversos sistemas de valores y conceptos, incluidos, para aquellos países que los reconocen, los derechos de la naturaleza y los derechos de la Madre Tierra, como parte integrante de su aplicación con éxito» (Sección C(9)). Además, el marco pide al menos 200.000 millones de dólares para 2030 para aplicar estrategias y planes de acción nacionales sobre biodiversidad, incluidas «acciones centradas en la Madre Tierra» que se definen como enfoques ecocéntricos y basados en los derechos que promueven la continuidad de todos los seres vivos y sus comunidades (Meta 19).
Los delegados de Bolivia defendieron la inclusión de los Derechos de la Naturaleza y los Derechos de la Madre Tierra (términos que son aproximadamente sinónimos) con el apoyo de Ecuador y Nueva Zelanda, mientras negociaban con países que en un principio se oponían al texto (Argentina, Japón, la UE y Australia, entre otros). La oposición provino en gran medida de los países que afirmaban que sus ordenamientos jurídicos no contaban con leyes similares, pero finalmente los negociadores alcanzaron un consenso sobre el texto final.
Además del apoyo a los Derechos de la Naturaleza, uno de los principales resultados del marco es el apoyo a 30×30, un compromiso para preservar el 30% de todas las tierras y mares para el año 2030. Esto se respalda con un lenguaje contundente para garantizar la protección de los derechos de los indígenas, una preocupación de muchos para implantar áreas protegidas sin infringir los territorios tradicionales.