Resumen
En 2014, el condado de San Miguel, en Nuevo México, adoptó una medida que restringe severamente la perforación de petróleo y gas, citando la necesidad de «preservar y proteger las tierras ambientalmente sensibles, incluyendo, pero no limitado a: hábitats de vida silvestre, humedales, laderas, arroyos, acequias, llanuras de inundación y recursos culturales, históricos y arqueológicos.» La ordenanza restringe las actividades de exploración de petróleo y gas a la parte oriental del condado e impone tasas de solicitud, así como pagos por evaluaciones previas a la perforación. Las empresas también tienen que firmar un acuerdo de desarrollo para pagar los proyectos de infraestructura de las actividades.