Resumen
En 2007, la ONG CELDF redactó una ordenanza para Bethel, Alaska, llamada Ordenanza de Tóxicos Corporativos y Autogestión Local de Bethel. La ordenanza establece que «los residentes de Bethel, las comunidades naturales y los ecosistemas se considerarán «personas»» en virtud de la ley, y que «las comunidades naturales y los ecosistemas poseen derechos inalienables y fundamentales para existir y prosperar dentro de la ciudad de Bethel y su cuenca hidrográfica». (3).
La ordenanza hace hincapié en el autogobierno local y en la necesidad de proteger la salud y el bienestar general de los ciudadanos y el entorno natural de la ciudad y su cuenca. Prohíbe las sustancias tóxicas en la ciudad y su cuenca. La ordenanza también reconoce los derechos de los residentes a utilizar las aguas de las tierras del Yukón Kuskokwim y a no sufrir invasiones químicas no deseadas en sus cuerpos.